Extiéndela y si quieres, ponle pesas en los bordes para que tengas la seguridad de que se quede en esa talla, justo como la querías. Tal vez a Puma se le ocurriera una buena idea, pero mejor dejar las cosas como están. Asegúrate de plancharla en todas las direcciones: hacia arriba, hacia abajo y hacia los lados. Déjala secar. Asegúrate de que esté plana y dale un último estirón. Cuando se dio cuenta de que era real, no dudó en aceptar la invitación.